Empieza el viaje

     Después de semanas informándome sobre tarjetas para viajar al extranjero, y descubrir que las de débito suelen dar, en ocasiones algunos problemillas, y tras descartar la opción de llevar el dinero en metálico por ser demasiado arriesgada, solicité mi primera tarjeta de crédito para evitar la comisión, nada baja del país, del cuatro por ciento.

     Pero las visitas a los bancos y los enredos con las condiciones tan variopintas de las tarjetas según la entidad bancaria, resultó ser una tarea realmente sencilla en comparación a la que vendría días después, exactamente ayer, cuando empecé a organizar la maleta.
     Descartada quedó de forma inmediata, la de tamaño mediano porque más de la mitad del equipaje quedaba fuera, y por el contrario, exceso de peso, me daba la más grande. Lo cierto es que he intentado llevarme lo indispensable, pero claro, nunca he hecho un viaje tan largo, y el saber que estaré fuera durante meses me ha hecho llenar la maleta al máximo.

     Así que, tras deshacerla, sacar algunas cosillas y volver a organizarla, la báscula del baño, poco fiable la verdad, marca 19 kilillos. Al fin, dentro del límite permitido de 23 kilos, pero sinceramente, hasta que no llegue al aeropuerto y lo compruebe, no me quedaré tranquila.
     Cierto es que existe la opción de llevar equipaje de mano, y podría repartir el peso, pero en mi caso, ya tengo sucifiente con intentar arrastrar semejante maleta, como para llevar dos. Además, hay que tener en cuenta que después de dos meses, volveré cargada de recuerdos. Así que eso sería definitivamente, una auténtica misión suicida.

     Esta mañana hice las últimas compras y aprovechando que pasaba por delante de una farmacia, me pesé, ya que estoy convencida de que allí mi peso variará. Segura estoy de que o bien me adelgazaré porque no sé cocinar, y cuando digo que no sé, lo digo en sentido literal, o bien me engordaré si encuentro un buen restaurante económico al que pueda ir habitualmente, y el cual espero por mi bien, no exista.

     Actualmente mi peso es de 44 kilos, la gran incertidumbre, saber con cuántos regresaré.

     Y así, después de medio año ahorrando, informándome y preparándolo todo, empiezo este viaje que ha sido siempre para mí un sueño y que tenía la certeza de que algún día haría realidad. Sencillamente, un día sentí que era el momento adecuado, que estaba preparada para irme a vivir a un país extranjero, con otra lengua, con otra cultura y desconocido para mí.
    
     Mañana sale mi avión, mañana empieza este viaje, el cual estoy segura, será la experiencia más enriquecedora que haya vivido nunca, y lo cierto es, que a escasas horas de partir, siento, que tengo tantas ganas, como miedo.