La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

11 de mayo de 2012

Descubriendo Friburgo (II)

     Aquel día teníamos pases gratuitos para asistir al Rock Oz'Arènes, festival de música al aire libre que se celebra cada año en el famoso anfiteatro de Avenches. De manera que decidimos quedarnos en Friburgo hasta el momento de tomar el autobús, y disfrutar así, un poquito más, de esta bonita ciudad.

     En esta ocasión hicimos un recorrido distinto para tener otras perspectivas del lugar. Tomamos una calle serprenteante cerca de la estación de tren y recuerdo que hice todo el camino intentando encontrar la solución al crucigrama del periódico, algo que hacía cada día y que sacaba de quicio a mi compañero de viaje. Al final de aquella calle, desde un aparcamiento, pudimos disfrutar de una bonita vista de la Catedral y la Torre del Reloj.

Friburgo desde el aparcamiento.


Recorriendo Friburgo.

     Desde allí nos dirigimos al Puente de Saint-Jean y paramos a comer en un restaurante situado junto al río, desde el cual pudimos disfrutar de unas preciosas vistas.

Vistas desde la terraza del restaurante.

     Después de comer fuimos hasta el Puente du Milieu, el cual ofrece una bella panorámica de la Cetedral y el río Sarine. Descendimos hasta el río y seguimos un estrecho sendero que lo bordeaba. Hacía un día estupendo y estábamos a principios de Agosto, sin embargo, el agua estaba helada.

El puente du Milieu.

La Catedral vista desde el puente.

Pude comprobar que el agua estaba tremendamente fría.

     Dejamos de bordear el río y nos dirigimos al centro de la ciudad disfrutando de la tranquilidad del lugar y de las bonitas fachadas de muchas de las casas. Para llegar subimos por las escaleras situadas al lado de la Torre del Reloj, precioso edificio que albergua el Ayuntamiento de Friburgo.

Típica casa suiza.

Este precioso edificio resulta imponente visto de cerca.

Ayuntamiento de Friburgo.

     Desde la Plaza del Ayuntamiento fuimos hasta la Plaza des Ormeaux para visitar la Basílica y uno de los edificios más bonitos de la ciudad, la Catedral de San Nicolás.

Plaza des Ormeaux desde donde puede observarse el cableado del autobús eléctrico.

Basílica de Notre-Dame con su característico reloj solar.

Catedral de San Nicolás.

     Decidimos entonces sentarnos un rato hasta la hora de coger el autobús para ir a Avenches. Lo curioso es que el lugar que escogimos fue una acera, frente a un paso de peatones, en plena plaza.


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